Opinión

Ver la paja en el ojo ajeno

Por Grabiel Sánchez

Observando el desarrollo de esta campaña electoral las reacciones de los peledeístas, tanto de los principales dirigentes como de los miembros, simpatizantes y bocinas, me ha surgido una gran interrogante: -¿Qué es o qué significa dirigir el gobierno en la República Dominicana? La razón de mi interrogante es que no comprendo las reacciones de los oficialistas cuando sienten que es eminente su salida del poder.

Para quienes nunca hemos trabajado en el gobierno y nunca hemos ostentado un cargo político de dirección en el Estado, nos resultan incomprensibles los argumentos, acciones y reacciones de los funcionarios gubernamentales y las bocinas pagadas cuando sienten que ya se van, pareciera como si el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tiene el Estado Dominicano y sus instituciones como un patrimonio personal, que heredaron de sus padres y que trabajar en él es sólo una atribución para peledeistas.

El trabajo en el sector privado «no es tan difícil», es sólo tener la disposición de ser eficiente, cumplir un horario y sobre todo cobrar un salario mísero. Salir de la nómina pública o dejar de trabajar en el gobierno, o no tener anuncios de instituciones estatales no es el fin de la vida, no es la muerte, hay vida después de la nómina pública.

Soy de los que cree que al PLD le convenía perder las elecciones e ir a la oposición a reencontrarse con el pensamiento bochista; recomponer sus fuerzas, renovarse, elegir un candidato que tenga condiciones para ser presidente, trabajar en su unidad interna y ver qué pasa en cuatro u ocho años. El deseo de cambio, la corrupción e impunidad y el hartazgo que tiene la ciudadanía del PLD lo perjudicaron, además de su desgaste en el poder. En esta ocasión el pueblo le dijo no y la consigna famosa “Se Van” se hizo realidad y se convirtió en “Se fueron”.

Luego de 20 años gobernando llegaron a creer que eran los únicos que ganaban elecciones, que eran los únicos que podían gobernar el país y en una actitud faraónica, Danilo Medina, irrespeta al pueblo dominicano imponiendo un candidato incapaz, que cuando fue ministro no pudo explicar el manejo corrupto de más de 11, 500 millones en asfalto, no pudo explicar el crecimiento de su fortuna, ni el auge «mágico» de sus empresas, y peor aún, no pudo ir a un debate. Un candidato que por suerte no será presidente ni de la junta de vecinos de su sector, pues no reúne las condiciones para generar una idea o pensamiento y no puede argumentar sobre ningún tema.

El amo, señor y dueño del PLD, Danilo Medina, decidió colocar como candidato al que menos sombra le hacía por sus pocas condiciones. Si el presidente daba paso a Reinaldo Pared Pérez, Domínguez Brito, Andrés Navarro o cualquiera de los demás que aspiraban y por casualidad alguno se convertía en presidente, él perdería el control del partido como lo perdió Leonel Fernández de él mismo, pues en el PLD el líder o dueño del partido es el presidente de la República, en este partido lo que prima no es el liderazgo, sino quien firma los decretos y las designaciones en los ministerios y las diferentes funciones.

Fue un grave error imponer un candidato que no tiene la habilidad de expresar sus opiniones ni argumentar sobre algún tema, un candidato que marca un récord, pues en el cierre de la campaña por primera vez en la historia de República Dominicana el candidato no dió un discurso, ni llamó al pueblo dominicano a votar por él. Su organización tuvo que alejarlo de los micrófonos y cámaras, pues cada vez que hablaba metía la pata.

La desesperación de Danilo y su grupo lo llevó a violar de forma descarada la Ley Electoral distribuyendo electrodomésticos, raciones alimenticias y dinero, sobraron las acusaciones a la ligera y posteriormente amenazaron públicamente a los servidores públicos.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) tiene la oportunidad de su vida de reivindicarse ante el pueblo dominicano y hacer un gobierno decente, que lleve a la justicia a los corruptos y que finalmente termine con la impunidad en la República Dominicana. Si el PRM no es capaz de llenar las expectativas que el pueblo tiene del gobierno que encabezarán pues que se preparen, porque con muchísima rapidez como han llegado, también se van. La sociedad decidió empoderarse y ya no está dispuesta a aguantar más a políticos prepotentes y altaneros que se roban el dinero del pueblo y exhiben sus riquezas en la cara de todo el mundo de forma impune.

Al partido ganador que se vea en el espejo del PLD, el pueblo dominicano ha entendido pertinente que gobierne, le ha entregado la mayoría de votos, la presidencia, el congreso y con ello la elección de jueces de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Superior Electoral, además, la elección de los miembros de la Cámara de Cuentas, Junta Central Electoral y demás.

  El PRM debe ver la paja en el ojo ajeno y tener bien claro que la sociedad dominicana de hoy no es la de ayer. Las grandes movilizaciones desde 2012 exigiendo justicia contra el hoyo fiscal dejado por Leonel Fernández para imponer a Danilo Medina, hasta las poderosas marchas y finalmente el pueblo expresándose en la Plaza de la Bandera han mandado un mensaje claro y contundente: ¡Nunca más, nunca más los políticos harán lo que les dé la gana en este país! Porque hay un pueblo que ha decidido empoderarse y el que no lo haga bien “E pa fuera que va”.

Al nuevo gobierno que va a iniciar que recuerde la frase que se atribuye a Julio César: “Cruzar el Rubicón” porque ya no hay marcha atrás, el pueblo ha decidido que la lucha contra la corrupción y la impunidad ya no tiene retorno, o lo hacen bien o correrán la misma suerte del partido morado en esta elección.

Luis Abinader fue electo presidente de la República Dominicana e hizo promesas, la ciudadanía espera que él cumpla, porque de lo contrario las movilizaciones de la Plaza de la Bandera quedaran pequeñas, pues reitero, esta sociedad ya no aguanta más. O lo hacen bien o también “Se Van”.